Batirazonamientos:
Ocurre a diario, tanto en tribunales y en la facultad, como en los medios de comunicación, en una mesa de café o en un taxi. Escuchamos enunciados que tienen la apariencia superficial de una construcción lógica, pero que carecen de sustento racional. Podemos llamarlos “batirazonamientos”, porque su ausencia de estructura y de soporte lógico los asemejan a los enunciados que llevaban al Encapotado y a su Joven Entenado, en la Baticueva, a dar con las pistas que los llevarían a descubrir los planes de sus archienemigos. Así, a partir de alguna gansada —rectius indicio irrelevante—, un color, una expresión, Batman podía establecer cuáles eran las intenciones criminales de “El Guasón”.
Parecía un razonamiento, pero no era más que el delirio de un grandote disfrazado de murciélago, que sólo podía tener éxito porque el libretista trabajaba para el mismo bando.
Es divertido descubrir batirazonamientos. Es triste que se encuentren tantos en ámbitos donde deberían ser evitados, como las decisiones judiciales, por ejemplo.